El 20 de noviembre los mexicanos conmemoran el inicio de la Revolución Mexicana, pues en tal fecha pero de 1910, Francisco I. Madero proclamó el denominado Plan de San Luis Potosí, documento en el que convocaba a los mexicanos a levantarse en armas en contra de la dictadura de Porfirio Díaz, quien había ocupado el cargo como presidente por 30 años consecutivos y hace referencia a que México estaba listo para una transición de poder. Durante las elecciones generales en 1910, mismas que favorecían a Francisco I. Madero; el gobierno de Díaz realizó una falsa declaración sobre el resultado de las mismas y esa fue la gota que derramó el vaso para iniciar un movimiento en contra de la dictadura Porfirista.
La revuelta del 20 de noviembre dio origen a uno de los principios políticos más importantes de México: “sufragio efectivo, no reelección”, que se puede parafrasear en: respeto del voto efectivo, sin reelecciones. La frase se convirtió en una proclamación pública en apoyo a los denominados rebeldes. A raíz de las revueltas sociales iniciadas el 20 de noviembre, Porfirio Díaz renunció al poder al año siguiente, pero no fue hasta 1917 cuando el país entró en un periodo de paz y estabilidad social al lograr un consenso para promulgar la Constitución de 1917, misma que incluía claramente el rechazo a la reelección presidencial y que se ha mantenido hasta la fecha.
La lógica detrás del principio de no reelección es evitar que una sóla persona (en este caso representada en el ejecutivo federal) concentre más poder durante un periodo de tiempo indeterminado, pues eso debilita el voto efectivo de los ciudadanos, anula el ejercicio democrático, restringe la alternancia política y propicia el surgimiento de las dictaduras. En Latinoamérica, únicamente cinco países tienen prohibida la reelección en sus Constituciones Políticas, México es uno de ellos, además de Colombia, Guatemala, Honduras y Paraguay.
Del lado contrario, algunas democracias Latinoamericanas permiten la reelección inmediata; es decir, el presidente puede ocupar el cargo de manera consecutiva por más de un periodo, este es el caso de la Argentina, Brasil, la República Dominicana, Ecuador y Bolivia, además de El Salvador, país donde se está debatiendo si se permite o no. También se encuentran aquellos países que permiten una reelección diferida; es decir, donde un presidente puede volver a ocupar el cargo únicamente después de haber pasado al menos un periodo presidencial después de su administración, este es el caso de Chile, Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay. Los únicos países que permiten una reelección indefinida son Venezuela y Nicaragua, ambas consideradas como dictaduras de las izquierdas.