El artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo establece que: “los trabajadores tendrán derecho a un aguinaldo anual que deberá pagarse antes del 20 de diciembre, equivalente a 15 días de salario, por lo menos. Los que no hayan cumplido el año de servicios, independientemente de que se encuentren laborando o no en la fecha de liquidación del aguinaldo, tendrán derecho a que se les pague la parte proporcional del mismo, conforme al tiempo que hubieren trabajado, cualquiera que fuere éste”.
En los próximos días, millones de trabajadores de la economía (principalmente formal) recibirán una remuneración de fin de año. En general, existen 3 posibles conductas o comportamientos que las personas realizan una vez que reciben su aguinaldo:
Gastar todo su aguinaldo. Esta situación es de equilibrio, ya que la persona gasta la totalidad de su aguinaldo en bienes o servicios de consumo (en un periodo de tiempo considerable y no sólo en un día).
Ahorrar parte de su aguinaldo. Algunas personas prefieren no gastar la totalidad de su aguinaldo, y parte del mismo lo destinan a un fondo de emergencia, ahorro o una inversión de bajo riesgo.
Endeudarse con base en su aguinaldo. Hay personas que aprovechan el incremento de su poder de compra para el consumo, en algunos casos en compras a meses, que a la postre las obligará a pagar mucho más del valor presente al momento del gasto.
Cabe señalar que en esta última categoría no solamente se exhiben personas con conductas de consumo compulsivo, sino que hay individuos que aprovechan el aguinaldo para dar el enganche de bienes durables como electrodomésticos, automóviles, vivienda, entre otros.
En realidad, los comportamientos de consumo antes ilustrados no son buenos o malos a priori, sólo muestran las distintas conductas que los consumidores pueden manifestar. No obstante, el aguinaldo es una remuneración por los servicios laborales realizados durante todo el año, el cual debería conceptualizarse de una forma distinta al salario cotidiano. En este sentido, te presento 3 ejemplos en los cuales no es conveniente gastarlo:
Compras de pánico
A finales de noviembre, vivimos el remate de inventarios en diversos establecimientos originados por campañas de ventas como el Buen Fin, Black Friday, Hot Monday, entre otras. Aunque la temporada navideña de “promociones” recién inicia, es oportuno señalar que diciembre es uno de los meses de mayores ventas, por lo cual, las empresas lo utilizan para introducir nuevas temporadas, artículos y servicios al mercado.
Considerando lo anterior, es conveniente planear nuestras compras y dividir lo que requerimos consumir para las fechas y lo que podemos postergar, ya que los productos recién introducidos al mercado, tienden a ser más caros que los que ya tienen tiempo exhibiéndose, inclusi cuando existan promociones de meses sin interes.
Si requieres cambiar de celular, computadora, electrodoméstico u otro artículo pero no es urgente, te sería más conveniente esperar un poco más, ya que la efervescencia de la demanda disminuya, as en los próximos meses podrás adquirir los productos postergados a precios menos elevados, a comparación de los que se observan en diciembre.
Especulación
Hay muchos especialistas que sugieren que una parte del aguinaldo debe destinarse al ahorro o inversión, y no sólo al consumo propio de la temporada. Sin embargo, es oportuno distinguir entre ahorrar, invertir y especular.
Ahorrar es un concepto sencillo de explicar, es un monto monetario que se destina a un objetivo en particular (generalmente de corto o mediano plazo), ya sea a un fondo de emergencia, para un viaje o evento futuro, etc. En este sentido, el dinero apartado para tal fin, puede depositarse en una cuenta bancaria (brinda bajos intereses), bajo el colchón, tanda u otro mecanismo de brinde alta seguridad (como CETES).
Por otro lado, invertir exige un compromiso de plazo mayor (años), el cual puede realizarse a través de instrumentos financieros o adquisiciones de bienes que incrementen su valor con el tiempo. Por ejemplo, si se utiliza el aguinaldo para acceder a un fondo de inversión se podría obtener rendimientos mayores a la inflación, aunque existe un mayor riesgo que en el ahorro, ya que se adquiere un producto que varía su valor (precio) en el tiempo, por lo cual pueden presentarse plusvalías y minusvalías en el trayecto.
Especular es una conceptualización que contrasta con las 2 anteriores, ya que la persona busca obtener altos rendimientos en un periodo breve de tiempo, haciendo que pueda adquirir un alto nivel de riesgo (y también altas ganacias). El ejemplo extremo de especular es apostar tu aguinaldo, ya sea para acertar al resultado de un evento deportivo u de otro evento de azar. Asimismo, actualmente existen instrumentos financieros que se utilizan para la especulación: futuros, bitcoins, compra de dólares, entre otros. Es conveniente tener un amplio dominio de cada uno de los mercados, antes de aventurarse a destinar tu aguinaldo en alguno de ellos.
Adquirir nuevas deudas sin saldar anteriores
Como se mencionó anteriormente, durante la temporada navideña lo que sobra son ofertas, que en algunos casos pueden ser muy convenientes para el consumidor. Sin embargo, no es recomendable adquirir nuevas deudas antes de saldar las anteriores, sobretodo si ya destinas más de una tercera parte de tu ingreso para dicho fin.
Incluso saldar parte de tus deudas es financieramente más conveniente que ahorrar o invertir tu aguinaldo bajo ciertas circunstancias. Si tienes alguna deuda que te cobra una alta tasa de interés (activa) anual es conveniente aportar al capital, ya que los intereses que pagas se calculan sobre los saldos insolutos (capital), mientras que las opciones de ahorro o inversión en la mayoría de los casos te pagarán una tasa de interés (pasiva) inferior a la de tus deudas. Podrás liberar parte de tu ingreso para el próximo año, si saldas primero tus deudas que cobran una alta tasa de interés.