Mónica Escobedo
A un mes de que se entregó el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 a la Cámara de Diputados, éste aún no ha sido aprobado y, de acuerdo a Ley de Planeación, debería publicarse, a más tardar, seis meses después de la toma de posesión del ejecutivo. Asimismo, se establece que si no se aprueba en tiempo y forma, el Plan se dejará en los términos en los que se presentó.
Es importante mencionar que, con las recientes reformas a la Ley de Planeación, la revisión y aprobación del Plan Nacional de Desarrollo es una nueva facultad de la Cámara. Por ello, el Diputado Alonso Ramírez Cuéllar mencionó que el dictamen del citado plan será aprobado antes del 19 de junio por la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados y se solicitará a la Comisión Permanente un periodo extraordinario para que el documento sea avalado por el pleno.
Si bien la Cámara de Diputados no respetó los tiempos para su revisión, esta es una excelente oportunidad para que los responsables de las diferentes secretarías de estado corrijan las inconsistencias y se incluyan aspectos relevantes en temas prioritarios como: salud, educación, medio ambiente y seguridad.
Es deplorable leer un documento oficial de planeación que adolece de estructura, con una deficiente redacción e incongruencia entre objetivos generales, estrategias e indicadores. Por otra parte, sorprende que en el listado de más de 40 programas especiales no se incluyan los referentes a Educación y Salud.
Si bien es cierto que en este corto periodo se derogó la Reforma Educativa y se aprobó una nueva y que en estos momentos están en proceso de revisión las leyes secundarias, es importante que se establezca un programa sectorial sobre Educación, en donde se describan las acciones que se van a desarrollar en cada nivel educativo, con la finalidad de dar el seguimiento correspondiente y, a lo largo de este sexenio, poder reconocer de manera tangible los avances, los impactos y los beneficios obtenidos.
Por otra parte, es importante que se incluyan los indicadores de los alumnos que egresan de los diferentes niveles educativos, pero también sería novedoso y necesario que se establecieran indicadores que evaluaran si la educación ofrecida es de calidad. Mucho se ha discutido sobre la situación de los docentes con las reformas educativas, pero ¿qué pasa con los niños y los jóvenes? No basta con darles el servicio educativo es importante garantizar que sea de calidad.
En salud es necesario que no sólo se involucre el Secretario de Salud, sino también a los titulares de los Institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
La renuncia de Germán Martínez a la Dirección General del IMSS dejó al descubierto que no fueron tomados en cuenta en la formulación del PND, lo cual es muy delicado, ya que estos dos organismos dan atención a una parte importante de la población. Su participación en temas de seguridad social es indispensable, sobre todo lo concerniente a la salud.
Los grandes retos del sector salud siguen siendo los mismos: cobertura de los servicios médicos; calidad en la atención; infraestructura y equipamiento; falta de personal médico y exceso de personal administrativo. En este sentido, el PND es el documento rector que da la ruta a seguir. Asimismo, se sugiere incluir, para la medición de los objetivos, indicadores de cobertura.
Lo anterior sería la base para que el presupuesto se destine correctamente a los programas prioritarios y evitar que se suspendan servicios elementales por la falta de recursos.
Esperemos que esta oportunidad sea aprovechada para mejorar la calidad de este documento y así garantizar que los programas sectoriales y especiales cumplan con las expectativas que creó esta Cuarta Transformación.
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