El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su Reporte del Sector Externo, pandemia, guerra y desbalances globales, a través del cual analiza el comportamiento de las exportaciones y los saldos de la cuenta corriente de los países para pronosticar movimientos de la inversión extranjera en el corto y mediano plazo. De acuerdo con su más reciente actualización, México cuenta con una posición externa equilibrada; no obstante, el organismo sugiere la necesidad de implementar reformas estructurales adicionales enfocadas a eliminar los obstáculos a la inversión, lo que consecuentemente resultará en el impulso del crecimiento y las exportaciones.
Aunque recientemente el FMI mejoró las expectativas de crecimiento para México durante 2022, pasando de una estimación previa de 2.0 a una nueva de 2.4%, el organismo internacional señala que las reformas estructurales que México requiere deben enfocarse en abatir la informalidad económica, reducir las brechas de gobernabilidad, esclarecer y garantizar la participación de la inversión privada en el sector energético, así como reformar la estrategia comercial y la administración de Pemex.
Respecto al exterior, el FMI considera que el déficit de la cuenta corriente se ampliará marginalmente durante 2022, pasando de -0.4 a -0.5 del valor del Producto Interno Bruto (PIB) debido al incremento de los precios de importación y al efecto de encarecimiento del petróleo, mismo que ha sido relativamente contrarrestado gracias a los subsidios al precio interno de los combustibles pero que a su vez representan menores ingresos para las finanzas públicas.
Por su parte, el Bank of America (BofA) advierte que la economía mexicana será arrastrada al estancamiento durante 2023, situación que ya vive la economía de los Estados Unidos pues diversos analistas la consideran en recesión técnica. La economía nacional resentirá la desaceleración de la demanda externa, el incremento de las tasas de interés (internas y externas) y los elevados niveles inflacionarios. Esto podría comenzar a presentarse en los últimos dos trimestres del año.
Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informó que México reportó la inflación de energéticos más baja entre todos los países miembros del organismo durante el mes de junio. De acuerdo con el reporte, el precio de los combustibles en México aumentó un 5.8% en el sexto mes del año, mientras que el promedio de la OCDE fue de 40.7%. México logró estos resultados gracias a los apoyos proporcionados por los programas gubernamentales, como el subsidio al precio de las gasolinas y a la electricidad de los hogares, así como al Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC).