El viernes 5 de agosto, el Departamento del Trabajo en los Estados Unidos dio una noticia que resulta favorable para la economía norteamericana y que también beneficia a México. De acuerdo con sus datos, durante el mes de julio, los empleadores estadounidenses agregaron una mayor cantidad de puestos de trabajo de los que tenían previstos, lo cual implica que la demanda laboral sigue fortaleciéndose y reduce los temores de una confirmación por una recesión económica. La noticia también sugiere que la Reserva Federal (Fed) seguirá endureciendo la política monetaria en la mayor economía del mundo con tal de reducir las presiones inflacionarias en su territorio.
La institución encargada de observar la evolución del empleo en la unión americana dijo que las nóminas no agrícolas adicionaron 528 mil puestos de trabajo durante julio, cifra que superó con creces las estimaciones de los especialistas y representó el mejor avance de los últimos cinco meses, pues en junio se registraron 398 mil plazas más. Con estos resultados, la tasa de desempleo se redujo al 3.5%, proporción que se asemeja al mínimo observado en cinco décadas. En línea con lo anterior, el crecimiento de los salarios observan una nueva aceleración, al mismo tiempo que la tasa de participación en la fuerza laboral se reduce.
El informe del Departamento del Trabajo sugiere que la economía de los Estados Unidos mantiene un apetito constante por la mano de obra en diversas industrias pese a los resultados de su Producto Interno Bruto (PIB) durante los primeros dos trimestres del año. A su interior, el incremento de las nóminas estuvo liderado por mejoras en los servicios de alojamiento y alimentación, la atención médica y los servicios profesionales y empresariales. Consecuentemente, después de que se publicaran los resultados del empleo, se registró un incremento de los rendimientos del tesoro, los futuros del índice Standard & Poors 500 disminuyeron y el dólar se apreció frente a la canasta de monedas de mercados emergentes.
Del otro lado de la moneda están las implicaciones que estos resultados representan para México. Primero, el incremento de la demanda por mano de obra sugiere que algunos sectores relacionados con las manufacturas y los servicios siguen reactivándose, lo que implica una mayor demanda de insumos provenientes del exterior, es decir, las exportaciones mexicanas seguirán aumentando y siendo un motor de crecimiento para la economía nacional. De manera paralela, si la economía americana sigue mejorando, las remesas seguirán fluyendo a territorio mexicano, lo que garantiza nivel de consumo en regiones con alta recepción de divisas. Adicionalmente, el tipo de cambio peso dólar se irá depreciando mientras no se confirme la recesión y mientras la Fed continúe aumentando sus tasas de interés.