El artículo 25 de Ley General de Educación, relativo al artículo 9 bis de la Ley de Ciencia y Tecnología, establece la obligatoriedad por parte del gobierno federal de destinar recursos de al menos lo equivalente al 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y tecnología. Sin embargo, estudios de la OCDE indican que México es uno de los países que menor proporción de recursos destina a ese propósito. Por ejemplo, Suecia gasta 3.49%, Corea y Finlandia 3.5%; y Singapur y China 2.6%. México, por su parte, sólo alcanza el 0.34% (para 2015) siendo el Conacyt quien ejerce la mayor parte de este presupuesto, aunque entidades como la Secretaría de Educación, de Salud, de Energía, de Comunicaciones y Transportes, de Economía, la Sagarpa, Semarnat, el IMSS y el ISSSTE también tienen programas presupuestarios dedicados a labores de investigación e innovación tecnológica.
En el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación que el Ejecutivo Federal presentó al Congreso de la Unión en septiembre pasado y que éste terminó de aprobar el pasado viernes 13 de noviembre, el gasto en ciencia y tecnología fue únicamente del 0.31%, es decir, se redujo 3 centésimas de punto porcentual respecto al año anterior debido a la reestructuración del gasto programable provocada por el debilitamiento de los ingresos públicos a causa de la caída en el precio internacional del petróleo.
Más aún, de los recursos asignados, el 76.7% se destina a pago de salarios y prestaciones de seguridad social (servicios personales), gastos de operación y subsidios, 0.7% más que el año anterior; mientras que sólo el restante 23.3% es para proyectos y programas de inversión.
De 2015 a 2016 el presupuesto destinado a ciencia y tecnología (Ramo 38) disminuyó 2.13% en términos reales. Al interior del ramo, el gasto corriente decreció 1.19% siendo la categoría “Otros corrientes” la que presentó la mayor contracción, 3.93%. Por su parte, el gasto de inversión disminuyó en 5.1%, dentro del mismo, la inversión física se contrajo un 14%.
En el PEF 2015, el ramo 38 contaba con 19 programas presupuestarios (Pp); para 2016, estos se redujeron a 13 debido a que 10 de ellos fueron fusionados en 4. De los 13, ocho presentaron reducciones presupuestarias en términos reales. es decir, el 61% de los programas destinados a fortalecer las actividades y el desarrollo de la ciencia y tecnología en el país fueron reducidos presupuestariamente.
Variación anual del gasto presupuestal en ciencia y tecnología (Ramo 38)
Los programas que más crecieron fueron los de Proyectos de infraestructura social de ciencia y tecnología (24.74%), y el Diseño y evaluación de políticas en ciencia, tecnología e innovación (17.96%). Sin embargo hubieron recortes a programas que por su naturaleza se consideran importantes para el avance del desarrollo científico en el país, entre ellos se encuentran los apoyos para actividades científicas y de innovación, los programas de desarrollo científico y tecnológico, y los fondos para inversiones en desarrollos tecnológicos, que fueron compactados en un sólo programa denominado apoyos institucionales.
Los apoyos para actividades científicas, tecnológicas y de innovación tienen por objetivo apoyar el financiamiento de proyectos que las instituciones, empresas y organizaciones, públicas o privadas, desarrollan para el fortalecimiento del sector ciencia y tecnología en el país; no obstante, esta se redujo alrededor del 4.91% en términos reales. Esto quiere decir que las empresas e instituciones que tengan interés en obtener financiamiento por parte del gobierno para el desarrollo de proyectos que incrementen los avances científicos y tecnológicos de sus respectivas áreas de trabajo y, posteriormente, se vean traducidos en mejores condiciones de los niveles de vida de la sociedad mexicana contarán con menores recursos en términos reales para hacerlo.
Los recursos para fomentar y fortalecer las capacidades científicas en las entidades federativas fueron fusionados en un sólo programa siendo uno de los que tuvo mayores reducciones, su presupuesto fue disminuido en 16.28% en términos reales. Esto es preocupante considerando que el ritmo de crecimiento en las entidades federativas es asimétrico: mientras que los estados del norte y centro del país, en su mayoría, reportan tasas de crecimiento por encima del promedio nacional, la mayoría de los del sur se encuentran con serios problemas de rezago en su crecimiento. Las reducciones en el presupuesto equivaldrían a destinar menores recursos que podrían materializarse en proyectos que ayuden a la formación de herramientas tecnológicas, incremento del capital humano de alto nivel en las regiones con mayores rezagos educativos, así como a la innovación dentro de los procesos productivos que incremente la productividad en las entidades.
Finalmente, los programas relacionados con publicación de investigaciones y apoyos para estudios de investigación fueron compactados en un sólo programa que redujo su presupuesto en 1.76% en términos reales.
Una de las metas que la presente administración federal ha impulsado desde el comienzo de su gobierno ha sido el que México alcance el gasto equivalente al 1% del PIB en ciencia y tecnología. Pero, de lograrlo, no sería suficiente si dicho porcentaje destina la mayor parte a cubrir el gasto corriente, es necesario garantizar el gasto en proyectos de inversión, infraestructura social, desarrollo de investigación e innovación tecnológica, fortalecimiento de las actividades científicas en las entidades federativas, sobre todo en aquellas con mayores retrasos socioeconómicos.