El mes de diciembre es característico porque la mayoría de las familias, por lo menos del mundo occidental, se reúnen para celebrar el fin de año e iniciar de la mejor manera el que comienza. Para ello, comúnmente celebran cenando con la familia y amigos, compran regalos, salen de vacaciones, renuevan el guardarropa, etc. Todo ello se traduce en una derrama económica significativa de las familias y una oportunidad para la mayoría de los negocios de vender o liquidar la mercancía que durante algún periodo del año quedó almacenada. Así lo indican las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que muestran un mayor dinamismo de la economía a través del consumo privado que realizan las familias mexicanas durante esta época del año.
La gráfica 1 proyecta cuatro pequeñas barras por año, es decir, cada una de ellas mide el consumo que las familias realizaron durante los cuatro trimestres que integran el año. Así, el consumo ha mostrado una tendencia creciente a lo largo de los últimos nueve años, sólo el cuarto trimestre de 2008 y todo el 2009 rompieron con la tendencia debido a la crisis financiera mundial de ese año. Se puede observar que el cuarto trimestre de cada año, excepto el de 2008 e incluso el de 2009, es superior al de sus complementarios, con ello se demuestra que el consumo crece anualmente y más durante la etapa final de cada año.
La tasa de variación anual confirma que el crecimiento del consumo se mantiene en cifras positivas, excepto durante 2009. Sin embargo, también muestra que dicho crecimiento se ha debilitado sensiblemente a partir del segundo trimestre de 2012 pues pasó de tener una tasa anual de 7,5% en el trimestre inmediato anterior a una de 4.8% sin poder recuperarlo hasta la fecha.
La situación en el país no es del todo esperanzadora, desde inicios de 2015 el titular de hacienda, Luis Videgaray, anunció el ajuste al gasto que el gobierno realizaría para cubrir el faltante de recursos públicos debido a la caída de los precios del petróleo. Adicionalmente, a mediados del año, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer los resultados de las mediciones de pobreza en México y en las entidades federativas para el año 2014, señalando que 55.3 millones de personas se encuentran en situación de pobreza¹, esto representa al 46.2% de la población total. De ellas, el 9.5% vive en pobreza extrema.
De acuerdo con el reporte presentado, este 46.2% gana una cantidad menor o igual a la línea de bienestar, $2,542.13 pesos mensuales en zonas urbanas. Dicha cantidad representa 1.2 salarios mínimos mensuales, esto es $2,103 pesos².
Por su parte, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señala que para finales de 2014, sólo el 6.74% de los 49 millones 702 mil ocupados en México ganaba más de 10 mil pesos mensuales; es decir, únicamente 3 millones 350 mil empleados ganan salarios iguales o superiores a los 5 salarios mínimos.
Considerando los datos anteriores y realizando una proyección del gasto que los mexicanos realizan durante épocas decembrinas, es decir, el gasto realizado en vacacionar, comprar artículos perecederos para cenar con familia y amigos, adquisición de bienes para regalar y, la compra de ropa y calzado que durante diciembre aumenta: el gasto asciende a un aproximado de $6.000 pesos³. Adicional a ello, habrá que considerar que dicha estimación es individual, lo cual quiere decir que el gasto podría incluso triplicarse cuando incluye a los integrantes de la familia que dependen únicamente del miembro económicamente activo.
Para poder realizar las actividades que generalmente acostumbra la gente durante estas fechas, los trabajadores deberían, por lo menos, percibir 5 salarios mínimos. Lamentablemente, los casi 60 millones de mexicanos que viven con la línea de bienestar apenas alcanzan los 1.2 salarios mínimos; a su vez, el 93.26% de los ocupados gana no más de 4 salarios mínimos mensuales.
Si bien es cierto, los trabajadores reciben ingresos adicionales a sus salarios, provenientes del pago de aguinaldos y/o transferencias del exterior (remesas) durante esta temporada. No obstante, parte de los ingresos extra son destinados a pagar deudas contraídas con anterioridad quedando nuevamente a merced del ingreso mensual percibido.
Los expertos en finanzas personales recomiendan hacer un uso racional de los recursos de fin de año, así como limitar el número de gastos y sujetarlos al presupuesto disponible. Es aconsejable dividir los ingresos de modo que se pueda asignar un porcentaje al ahorro (30%), la inversión (10%), pago de deudas (30%) y actividades de recreación (30%).
En conclusión, las fiestas de diciembre no se tratan de gastar y gastar hasta endeudarse, se trata de pasar tiempo de calidad con los amigos y familia, de compartir lo que tenemos, y de repensar aquellas cosas que deseamos lograr y que con esfuerzo debemos alcanzar.
El deseo de Sustava es que el año cierre de la mejor manera para todos y que las metas del siguiente sean logradas, que la economía del país pueda crecer y verse reflejada en empleos mejor remunerados para todos los mexicanos.
¹El Coneval define una persona en situación de pobreza como aquella persona que tenga al menos una carencia social y un ingreso menor al valor de la línea de bienestar.²En zonas rurales la línea de bienestar es de apenas $1,614.65³El estimado se obtuvo considerando la información proporcionada por las agencias de viaje, las encuestas sobre consumo estacional y el valor de las ventas en productos de calzado y ropa proporcionadas por el Inegi.