“Actitud e” de Felipe Gómez

Hablar de emprendimiento forma parte de nuestra cotidianeidad. Aparece en la televisión, en la radio, en nuestro muro de facebook y hasta debajo de las piedras. Sin lugar a dudas, el término se ha puesto de moda y pueden contarse por millones las personas que se identifican con este término, que más allá de un mero concepto, se ha transformado en un estilo de vida relacionado con el mundo empresarial y el desarrollo económico de los países. Sin embargo, ¿qué se entiende realmente por emprendimiento y cuáles son sus características? Contamos con miles de libros y de artículos especializados en la materia, muchos de ellos con supuestas claves para triunfar en el ámbito emprendedor. Entre este enorme océano de fuentes para consultar, parece difícil tomar una decisión clara acerca de qué libro consultar. En mi caso, recomendaría ampliamente el libro “Actitud e”, de Felipe Gómez, quien nos ofrece un panorama fresco y fuera de lo convencional sobre este fenómeno.

Gómez nos cuenta que fue en el año 1947 cuando el emprendimiento apareció por primera vez como objeto de estudio en los espacios universitarios, con la Universidad de Harvard como la primera institución educativa en incorporar a los programas académicos el análisis de este concepto. No obstante, el emprendimiento como tal tiene su origen en el ensayo “La naturaleza del comercio general”, del economista inglés Richard Cantillon, quien ya definía al emprendedor como aquella persona que está dispuesta a invertir y correr riesgos para obtener beneficios monetarios. Aunado a lo anterior, en este libro se nos presentan una serie de características que definen de manera clara al emprendedor. Dentro de estas se encuentran la actitud positiva y una capacidad para ejercer el liderazgo y la crítica.

Pero Felipe Gómez va un paso más allá del típico discurso sobre el emprendedurismo, resaltando seis elementos para modelar la actitud adecuada, a saber: enfoque, energía, empeño, equipo, elasticidad y entrega.

Visión: según lo establecido en este libro, mantener claros y definidos nuestros objetivos es de gran ayuda para alcanzar metas reales. En este sentido, plantea que la capacidad para lograr determinados objetivos, es preciso mantenernos conectados con algo que nos apasione y que pueda compartirse con otras personas. En pocas palabras, recomienda soñar en grande y de manera ambiciosa.
Energía: uno de los elementos vitales para alcanzar nuestros objetivos es un nivel óptimo de energía y la capacidad que tenemos para invertirla en determinadas áreas de nuestra vida, de manera que se encuentre perfectamente equilibrada. En este sentido, es importante identificar en qué áreas es preciso invertir más energía y en cuáles ponemos un exceso de la misma.
Empeño: esta característica es primordial para el emprendedor, ya que es indispensable saber sobreponerse al fracaso y a los obstáculos, sin que estos nos detengan en el camino a nuestros objetivos, por lo cual recomienda Gómez mantenerse firmes en nuestros empeños, aún frente a la incertidumbre o circunstancias adversas, ya que por lo general este tipo de experiencias difíciles nos brindan la experiencia para solventar los problemas de mejor manera en el futuro.
Equipo: en esta parte, se señala al lector sobre la necesidad de contar con equipo sólido y unido, ya que el emprendedurismo se caracteriza por un trabajo colaborativo, antes que en solitario. De esta manera, es posible aportar una diversidad de puntos de vista a determinado objetivo. Para ello, es necesario saber elegir los perfiles deseados y sobre este perfil seleccionar a las personas adecuadas para llevara a cabo determinada tarea.
Elasticidad: parte fundamental del espíritu emprendedor se encuentra en la capacidad de romper paradigmas y ofrecer nuevas posibilidades sobre determinada circunstancia. Gómez define esto como elasticidad o la capacidad para encontrar nuevas rutas para llegar a nuestros objetivos, poniendo como ejemplo la lluvia de ideas, ya que se trata de un ejercicio en el que pueden surgir ideas novedosas o respuestas no contempladas.
Entrega: la actitud emprendedora se ve fortalecida cuando uno se entrega a las actividades que lleva a cabo, por lo que es necesario mantener una actitud siempre de total apertura al otro, ya que al comenzar una empresa uno siempre debe pensar en el completo beneficio del cliente.
Estrella: si bien la fortuna no depende enteramente de nosotros, es posible mantenernos alertas a las oportunidades y aprovecharlas cuando estas se presenten.

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