En los años 90, la filósofa Adela Cortina propuso en sus trabajos y columnas este término para diferenciar a un fenómeno que, aunque se confunde, no es ni xenofobia, ni racismo. Se trata del rechazo o el miedo a personas de escasos recursos, al pobre, muy recurrente en casos de migración. Adela Cortina, en su trabajo, expuso las diferencias entre una xenofobia o el propio racismo y la aporofobia, pues en muchas partes del mundo, ante una oleada de migrantes o refugiados, no prevalece el miedo al extranjero o el desprecio a alguien por su origen, sino por su condición de pobre.