Primero: ¡Tómate tu tiempo!
México necesita calidad en leyes, no cantidad. Revisa aspectos fundamentales de la técnica legislativa, como la armonización con todo el sistema normativo, evita la redundancia con leyes existentes y los vacíos o lagunas legales. Esto facilitará un posterior trabajo en Comisiones para su dictaminación.
Segundo: ¡No tienes que descubrir el hilo negro!
Esto tiene que ver, no un poco, sino mucho, con la humildad. Estamos conscientes de que nadie es especialista en todo, pero recuerda que eres un representante y la voz de distintos grupos sociales en la Cámara. Date tiempo de revisar la agenda temática de organizaciones de la sociedad civil, universidades y cámaras empresariales. Ellos realizan investigaciones y estudios con líneas de acción y propuestas de política pública que tu puedes instrumentar en normatividad.
Tercero: ¡Cambia la narrativa!
Todos señalamos a los legisladores que se quedan dormidos, andan de tour en las curules o intercambian fotos de chicas con sus amigos en Whatsapp. ¿Tan aburridas son las Sesiones de Pleno? Cambia el chip de tus participaciones, dáte tiempo de preparar tus discursos y deja a un lado el lenguaje técnico o florido. ¿De qué sirve que te pares en pleno si nadie te pone atención? ¿Sólo por cumplir y aparecer en la foto? En poco tiempo puedes causar un gran impacto, revisa la metodología para dar charlas tipo Ted Talks o, te pasamos un tip, busca Pecha Kucha y descubre cómo, en 7 minutos, dejar impactada a la audiencia.
Cuarto: ¡Sé terrenal!
El concepto tradicional de clase política cayó en crisis (sólo echa un vistazo a los resultados electorales recientes). Deja atrás, la vaguedad, la ambigüedad en las palabras, los tecnicismos y el aire altivo. De acuerdo a la Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa, en México existe muy poca participación ciudadana en el sistema legislativo. Para cambiar esto tenemos que trabajar por traducir la complejidad de este mundo en productos lúdicos y visuales, para que las personas puedan entender lo que haces (infografías como las de Pictoline, miniseries, videos, videochats, etc).
Quinto: ¡Pórtate bien!
México necesita referentes y volver a creer en sus representantes. Si, lo sabemos, eres persona y tienes derecho a la privacidad, pero, hoy más que nunca, el gran ojo ciudadano estará observándote. Sé consciente del humor social que prevalece en nuestro país, recuerda que la principal demanda es el cambio, actúa en congruencia con el momento que vivimos.
Sexto: ¡Deja atrás la cultura de darle la vuelta al toro!
Como legislador, conoces las leyes, sus defectos, sus virtudes y sabes cómo darle la vuelta, sobre todo en materia de transparencia y acceso a la información. Haz un esfuerzo por presentar información completa, oportuna, exacta y con un lenguaje accesible, ayuda a derribar las barreras que impiden que el ciudadano conozca y se interese por el mundo legislativo.
Séptimo: Dedícate en cuerpo y alma a tu labor
El cargo que ocupas es de los más trascendentales para el futuro del país. No desempeñes actividades ajenas a tu función legislativa, salvo que sean de beneficencia. Te queremos ahí, dando todo por el país en la máxima tribuna.
Octavo: Cuida tus redes sociales y no improvises
Sí, las redes sociales han traído cosas positivas pero también dejaron al descubierto que somos una sociedad sin el criterio para digerir adecuadamente la información que nos inunda. Evita comentar sobre temas que no conoces, ni improvises, eso solo contribuye a la mala imagen que tiene la ciudadanía de los políticos y a la desinformación. Prepara bien tu agenda, tus mensajes y lee, lee, lee.
Noveno: Ponte lentes de sol y agarra calle
No cometas el error del académico que conversa y habla para que lo entiendan otros académicos, esto caerá en el aislamiento de grupo y sectarismo. Esa gran brecha que existe entre tú y la ciudadanía se acortará en la medida que tomes tiempo de agarrar calle y tener contacto con los ciudadanos, haz más preguntas de lo que brindas respuestas. Ponte los tenis, toma tu mochila y aventurate. No te aburgueses, ni te atrincheres en tu curul durante los tres años en la Cámara de Diputados; o seis, si eres Senador.
Décimo: Deja atrás el dogmatismo y deshazte de tu certeza
Uno muy importante ante el peligro de la polarización política. Acepta tu visión parcial del mundo y de las cosas como un modelo incompleto e inherentemente, con defectos. Escucha, sobre todo a quienes piensen de forma contraria a ti, tal vez puedas desarrollar un modelo aún mejor que incluya elementos de ambos. Además, darás muestra de concordia y altura política.
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