Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) había prometido un crecimiento económico para México alrededor del 4.0% durante su sexenio, a escasos meses de concluir su mandato, el país registra uno de los peores resultados de las últimas décadas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y de otros organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). A continuación, se presentan algunas cifras detalladas y comparativas con los sexenios anteriores.
Crecimiento del PIB durante el sexenio de AMLO
De acuerdo con el INEGI, el Producto Interno Bruto (PIB) de México creció a una tasa promedio anual de apenas 0.98% durante los primeros cinco años del gobierno de AMLO (2019-2023). Es justo reconocer que dicho crecimiento fue severamente impactado por la pandemia de COVID-19, que terminó por provocar una severa contracción del PIB, de 8.2% al concluir 2020. No obstante, hubo un efecto rebote que sirvió como recuperación parcial en 2021, registrando un crecimiento de 4.8%, que aún así no fue suficiente para compensar la caída registrada.
Adicionalmente, las cifras del INEGI reportan que, en términos acumulados, el PIB durante el sexenio de AMLO podría alcanzar un crecimiento total cercano al 1.1% al concluir su mandato, lo que lo posiciona como uno de los periodos de crecimiento económico más bajo desde la década de 1980. Expertos señalan que dicho desempeño se atribuye, en parte, a la falta de inversión privada, el debilitamiento del sector petrolero y la desaceleración en el comercio exterior.
Comparación con sexenios anteriores
Vicente Fox (2000-2006)
Durante el sexenio de Vicente Fox Quezada, el PIB de México creció a un ritmo promedio anual de 2.3%, de acuerdo con datos del INEGI. Este crecimiento estuvo condicionado a los acontecimientos relacionados con la crisis económica global provocada por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, lo que terminó por afectar el desempeño de la actividad económica de México durante 2001, registrando una caída del PIB del orden de 0.4%. Pese a dicho contexto, el crecimiento promedio de la economía se mantuvo a flote en gran medida gracias a los excedentes petroleros registrados durante esos años.
Felipe Calderón (2006-2012)
El sexenio de Felipe Calderón enfrentó una de las crisis financieras más importantes del siglo XXI, la subprime de 2008-2009 originada en los Estados Unidos, relacionada a los mercados inmobiliarios. Los estragos de dicha crisis redundaron en una contracción del 5.3% para el PIB de México al concluir el 2009. Sin embargo, datos de INEGI señalan que el crecimiento promedio anual durante su administración fue de 2.2%. Cabe resaltar que el desempeño económico se atribuye a políticas fiscales y monetarias expansivas que ayudaron a mitigar los efectos de la crisis internacional y a encarrilar la producción nacional.
Enrique Peña Nieto (2012-2018)
Por su parte, en el sexenio de Enrique Peña Nieto el PIB observó una tasa de crecimiento promedio anual del 2.5%, según datos revisados del INEGI. Aunque durante 2012 a 2018 no se presentaron recesiones internacionales provocadas por crisis financieras o de otra índole, el crecimiento del PIB mexicano fue más lento de lo que se esperaba debido a las trabas y la polémica que provocó la aprobación e implementación de las denominadas reformas estructurales promovidas al inicio de su mandato. Aún así, el crecimiento económico fue superior al de sus 3 predecesores inmediatos.
Consideraciones finales
Al realizar un comparativo por sexenio de los resultados observados en la economía de México durante los primeros 24 años del siglo 21, es evidente que el crecimiento del PIB durante el sexenio de AMLO ha sido significativamente menor que en los de sus predecesores. Mientras que Fox, Calderón y Peña Nieto lograron mantener tasas de crecimiento moderadas a pesar de enfrentar crisis económicas globales (principalmente Fox y Calderon), AMLO registró un crecimiento sustancialmente más bajo, en gran parte debido a una economía globalizada que no ha logrado recuperarse por completo de los efectos de la pandemia del COVID-19. A lo anterior se suma la polarización social y la falta de confianza por parte del sector privado debido al discurso retador del mandatario y a las políticas económicas no convencionales que decidió implementar estos seis años.