El Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de Giovanni Ganelli, quién es economista principal del Departamento de Estudios del FMI, dijo que los saldos mundiales en cuenta corriente seguirán ampliándose movidos por la guerra en Ucrania y por el aumento de los precios de las materias primas. La cuenta corriente puede entenderse como el resumen de todas las transacciones debidas a las exportaciones e importaciones de bienes y servicios que realiza un país con el resto del mundo.
De acuerdo con Ganelli, la persistencia de la pandemia y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania están asestando un severo golpe a la economía mundial. Esta situación está afectando el comercio, el precio de las materias primas, así como los flujos financieros, mismos que inciden en el déficit y superávit en cuenta corriente de los países. Así, los saldos mundiales en cuenta corriente, es decir, la diferencia entre los déficits y superávits de todos los países, observan una ampliación por segundo año consecutivo. De acuerdo con el Informe sobre el Sector Externo, estos se ampliaron en un 3% del Producto Interno Bruto mundial durante 2020 y crecieron otro 3.5% el año pasado. La expectativa es que durante 2022, la brecha siga ampliándose.
Aunque el Fondo Monetario Internacional no considera el crecimiento de los saldos en cuenta corriente como algo necesariamente negativo; sin embargo, su exceso podría exacerbar las tensiones comerciales y endurecer las medidas proteccionistas, lo que consecuentemente significaría un revés para los esfuerzos realizados en pos de una mayor cooperación económica a nivel global aumentando el riesgo de fluctuaciones perturbadoras de las divisas y el capital.
Por un lado, la pandemia modificó los saldos mundiales de cuenta corriente y sus efectos siguen modificando las condiciones macroeconómicas de los países en función de si son exportadores o importadores de servicios turísticos o productos médicos. El confinamiento de los países hizo que los consumidores cambiaran sus preferencias de consumo de servicios por consumo de bienes. Así, los países desarrollados con déficits aumentaron su demanda de bienes procedentes de países emergentes con superávits. El FMI estima que tan sólo en 2021 dicho cambio provocó que el déficit de los Estados Unidos aumentara un 0.4%, mientras que China hizo crecer su superávit en un 0.3% de su PIB.
Por otro lado, la guerra entre Ucrania y Rusia, así como el repunte de los precios de las materias primas y del petróleo fueron determinantes para las brechas en los saldos de cuenta corriente. A lo anterior se suman las políticas monetarias restrictivas, que buscan disminuir la presión inflacionaria a través de tasas de interés más altas, lo que provoca un mayor flujo de capital y desajusta de los saldos de la cuenta corriente.