Este término refiere a la manipulación y distorsión de la información deliberada de forma que, al llegar al público, apele a las emociones o a las creencias personales más que a los hechos. Con esto se busca alterar o modelar la opinión de las masas al alejarla de la observación objetiva de un hecho. Aplica también al enfoque de algunos medios de comunicación que prefieren centrar sus noticias en rumores o información sensacionalista más que en la información relevante, ya sea política, económica u otra.