En la vida cotidiana es común encontrarse con personas rebeldes, cuya actitud se deja ver a través de sus acciones o sus ideas. Normalmente tendemos a mostrarnos recelosos ante la rebeldía, de tal manera que nos cerramos a escucharlos. Sin embargo, estas personas suelen tener una amplia capacidad creativa, no temen al cambio y son entusiastas.
Esta clase de personas puede aportar positivamente en la resolución de pequeños conflictos y hasta problemas que amenacen la estabilidad de su empresa, es por ello que busca crear estrategias para el bien común, probar nuevos métodos y que, en general, se esfuerzan por averiguar cómo mejorar una situación o resolver un problema, aunque sea de manera poco convencional y, sobre todo, no temen demostrar que sus ideas son buenas y cómo pueden beneficiar a la empresa, aun a riesgo de parecer pretenciosos.
Todas las organizaciones deben prestar atención a sus rebeldes, pues normal y erróneamente buscan generar un pensamiento colectivo, homogeneizando a sus empleados y desplazando a aquellos que se rehúsan a ser parte de esta enajenación; sin embargo, son justamente los rebeldes quienes pueden aportar una idea verdaderamente innovadora que resuelva un problema, genere una propuesta o fomente un cambio estructural.
Por otro lado, es importante recalcar que existen buenos rebeldes y malos rebeldes; los primeros son los que ya mencionamos, los segundos, aquellos que sólo se quejan sin aportar nada para crear un cambio benéfico, que contrario a ayudar, sólo entorpecen el trabajo en equipo, generan un ambiente tóxico y contribuyen al estancamiento de la organización.
Por otro lado, todo buen jefe debe tener algo de rebeldía para “pensar fuera de la caja”, debe ser el principal innovador en su organización, con capacidad de discernimiento y criterio para detectar a los malos elementos o “malos rebeldes”, y no tener miedo a removerlos con miras siempre a un bien mayor para la empresa y para los demás elementos positivos.
Por el contrario, si usted se considera el “buen rebelde” en su trabajo, debe buscar que su jefe sea sensible a sus propuestas y a su pensamiento aparentemente arriesgado, pues de no ser así podría sentirse sofocado y limitado y su rendimiento no será óptimo; usted debe procurar trabajar en un ambiente receptivo y donde su creatividad no sea desperdiciada por egos o por mentalidades anticuadas.
Bibliografía
Kelly, Lois y Carmen Medina (2014). Rebeldes en acción. O’Reilly Media.
Lecturas de interés
Lee, J.(2014). Construya su negocio aprovechando su cerebro derecho. Ed. New World Library.
Maciel, R. (2012). 50 Caminos para ser más Creativo. México. Font S.A. Editorial.