Brasil, de vuelta a la izquierda

 

 

El domingo 30 de octubre, los ciudadanos brasileños salieron de sus casas por segunda vez para participar en la contienda electoral que definiría la presidencia de su país durante los próximos cuatro años. Ya lo habían hecho así el pasado 2 de octubre en la denominada primera vuelta, donde el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo el 48.4% de los votos frente al 45.2% para el actual presidente, Jair Bolsonaro. Debido a que ninguno de los dos alcanzó más de la mitad de los sufragios, tuvo que realizarse una segunda vuelta, misma que dio el 50.83% de los votos a Lula da Silva y el 49.17% para Bolsonaro. 

Así, el Tribunal Electoral de Brasil determinó la victoria de Lula da Silva, de 77 años de edad, con lo que posibilita su regreso a la presidencia de la economía más grande de Latinoamérica. Lula da Silva entrará en funciones el próximo 1 de enero de 2023 y con ello, el 86% de la población en América Latina y el Caribe, alrededor de unos 568 millones 661 mil habitantes, serán regidos por gobiernos socialistas, comunistas y de izquierda. Cabe señalar que es la primera vez que las principales potencias económicas de la región, Argentina, Brasil y México, coinciden siendo gobernados por posturas políticas de izquierda. 

Lula da Silva ya había sido presidente de Brasil durante el periodo 2003 a 2010, para posteriormente ser sucedido por su compañera de partido, Dilma Rousseff. En 2018, fue puesto en prisión debido a que se le asoció a un caso de corrupción, lo que provocó que pasara 19 meses tras las rejas. No obstante, a finales de 2019, la Corte Suprema de Brasil anuló su condena. 

De acuerdo con diversos analistas, entre los retos que Lula da Silva enfrentará durante su administración presidencial se encuentra el incremento de la pobreza. De acuerdo con la fundación Getulio Vargas, entre el periodo 2014 a 2022, la población en situación de pobreza pasó del 24% al 30%, situación que se recrudeció en gran medida por la llegada de la pandemia de Covid-19, misma que dejó un saldo de 680 mil fallecidos. Adicionalmente, la Red Brasileña de Investigación de Soberanía y Seguridad Alimentaria señaló que el hambre aumentó 73% desde el 2020, afectando a 33.1 millones de brasileños; es decir, al 16% de su población nacional. 

Otro de los asuntos que deberá enfrentar el nuevo presidente se encuentra en la polarización de la sociedad, entre conservadores y progresistas, lo que también significa un posible incremento del estatismo y las políticas encaminadas a gravar las actividades económicas. En su primer discurso como presidente electo, Lula se comprometió a combatir la deforestación que se reporta por encima del 70% durante los cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro.

 

 

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