A dos meses de finalizar el presente año, la economía mexicana da esbozos de un desempeño favorable, pese a las contrariedades con que había iniciado el 2017 por la incertidumbre que causaba la nueva administración del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump; sin embargo, el panorama mejoró y las expectativas de crecimiento aumentaron al disiparse las amenazas de una política comercial severa contra nuestro país y al observar el comportamiento de las exportaciones no petroleras así como del consumo interno y la inversión .
El día de hoy el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), publicó su cifra oportuna de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) correspondiente al tercer trimestre del año, mismo que señala una reducción del 0.2% respecto al trimestre anterior pero un avance real de 1.7% respecto al trimestre correspondiente del año anterior. Mientras que el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE), estadístico que sirve para conocer el desempeño real de la economía en el corto plazo, creció 2.2% en términos reales durante el mes de agosto lo que significa que la economía nacional sigue avanzando en sus variables fundamentales.
Los resultados observados por el INEGI apoyan las estimaciones realizadas en los documentos que integran el paquete económico 2018, mismo que contempla un crecimiento de la economía mexicana entre 2 y 3 por ciento real, 2.5% para términos de las finanzas públicas. Además de fortalecer el compromiso de Consolidación Fiscal asumido por el Gobierno Federal para no incrementar los impuestos o crear nuevos ni incrementar el endeudamiento ante un escenario de reducción del ritmo de crecimiento de los ingresos presupuestarios.
Esto no quiere decir de ninguna manera que todo está solucionado o que las amenazas hayan desaparecido, por el contrario, las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) han puesto muy nerviosos a los mercados cambiarios de modo que al finalizar el mes de octubre, el tipo de cambio reporta niveles similares a los registrados en el mes de marzo, cuando aún no se anunciaban las coberturas cambiarias contratadas por el Banco de México a fin de proteger la compra de commodities en el exterior.
Por su parte, el proceso inflacionario que la economía nacional experimentó desde inicios del año parece haber alcanzado su punto más alto y se espera que a partir de 2018 retome su senda de equilibrio de modo que a finales del próximo año alcance valores alrededor de la meta objetivo establecida por el Banco de México (3% +/- 1 punto porcentual). No obstante, hay que señalar que una mala renegociación del TLCAN podría desgastar la paridad cambiaria y esto provocaría un posible efecto traspaso sobre el nivel generalizado de precios de la economía.
Adicionalmente, los costos de reparación de las zonas afectadas por los sismos registrados durante septiembre son otro tema a tratar, pues muchos municipios siguen sin recibir el apoyo necesario para reconstruir las viviendas más dañadas y esto podría obstaculizar la reactivación económica de dichas zonas, lo que empeoraría el escenario general.
Otro de los aspectos importantes y que se deberán seguir muy de cerca son las actividades relacionadas con el proceso electoral 2018, específicamente el gasto público que se realice en dichas actividades, pues una derrama desmedida del gasto provocará nuevos compromisos financieros para el año siguiente y el deterioro de las expectativas por parte de los inversionistas extranjeros y nacionales.