Moody’s piensa distinto sobre México

 

 

Después de que la semana pasada la agencia calificadora Standard & Poors (S&P) cambiara la perspectiva de la nota crediticia para México de negativa a estable. Ahora la calificadora Moody’s publica una actualización de su nota para México en donde reduce su calificación y la ubica en nivel Baa2, desde una posición previa de Baa1. Hay que señalar que la escala de calificaciones que propone Moody’s va de modo descendente desde notas clasificadas en A, B y C, donde los países con menores riesgos para las inversiones obtienen una nota A (existen diversos niveles para cada letra y modificadores), mientras que los países con riesgos más altos pero moderados obtienen calificaciones que inician con la letra B, como en el caso de México.

Aquellos países con notas que inician con la letra C implican un alto riesgo para las inversiones. En lo que va del presente sexenio, México ha trascendido tres posiciones, desde la nota A3 hasta una Baa2, lo que en palabras llanas significa que México es considerado como un territorio con riesgo intermedio y cuyas inversiones enfrentan inestabilidad moderada y están sujetas a presentar ciertas características especulativas.

Para los especialistas, el recorte a la nota crediticia realizado por Moody’s se explica por un mayor riesgo para las finanzas públicas debido a los apoyos extraordinarios que el gobierno federal hace con Petróleos Mexicanos (Pemex), los programas sociales a los que se destina gran parte del presupuesto, los paquetes fuera del programa (como el recientemente instrumentado para combatir la inflación y la carestía), así como el cumplimiento de pago de las pensiones que limitan el margen de acción de las arcas públicas.

Algo que vale la pena resaltar es que la modificación en la calificación crediticia de México no se esperaba, sobre todo porque S&P acababa de mejorar la perspectiva para México y el mercado consideraba prudente que Moodys hiciera lo respectivo en los siguientes días, por lo que su decisión de reducir la calificación sorprendió a los especialistas y remarca el riesgo de que en el largo plazo México pueda perder el grado de inversión y propiciar un mayor flujo de capital hacia el exterior. No obstante, analistas descartan que la nota crediticia del país entrará en terreno especulativo, al menos en lo que queda del sexenio. Respecto a la perspectiva de la nota, Moody’s modificó la misma desde una consideración negativa a estable.

Moodys dijo que su decisión de rebaja obedecía a la percepción que tenía de rigidez sobre en el nivel de gasto público, que a largo plazo se volverá problemático ya que las finanzas públicas no cuentan con los fondos de estabilización que servían de colchón para momentos de turbulencia financiera.

 

 

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